Culiacán, Sinaloa. La Sana Distancia pasó a segundo término para Blanca Oralia Ayón que ha tenido que esperar dos largas horas en la fila de usuarios de la CFE en el centro de la ciudad para buscar solucionar su problema: La CFE le está cobrando ¡32 mil pesos! por su consumo de luz de dos bimestres.

Mientras muestra su recibo a VIVAVOZ, la vecina de la colonia Progreso esconde muy bien su molestia y en tono de broma comenta que tal vez tiene un supermercado y ni ella misma lo sabe, pero lo que sí sabe es que esta vez la CFE se pasó de abuso, bajo el argumento de que tal vez hay un error en su medidor y la lectura se ve borrosa.

“Vine la semana pasada y me dijeron que tenía que pagar 12 mil 200 pesos. A mí se me hace demasiado porque yo no tengo ningún negocio en casa, sólo lo usual para vivir más o menos y lo indispensable, la licuadora y esas cosas, un aire, que creo que todo mundo tenemos”, comentó al considerar injusto que se le obligue a pagar una cantidad que está lejos de sus posibilidades y que además originada por una situación que ella no propició.

Y así como Oralia, medio centenar de usuarios hacen fila afuera de las oficinas de CFE ubicadas por la calle Ángel Flores, entre Bravo y Victoria, resignados a esperar al menos dos horas para ser atendidos por el personal de escritorio de la paraestatal.

Otra de las usuarias domésticas, Pilar Guzmán, con domicilio en Alturas del Sur y siete turnos por delante para ser atendida, intenta que le reconecten la energía eléctrica ya que esta mañana se la cortaron por no poder pagar a tiempo la tarjeta inteligente, y así explica su caso:

“Es un show la tarjeta. Nosotros pagamos al mes la tarjeta. Y si no tienes para pagar te cortan la luz automáticamente. Ahorita a mí me la cortaron porque ayer vinieron a pagar pero no se pudo porque aparece error. Me la cortaron a las 6 de la mañana. Yo ya no quiero la tarjeta. Es un abuso también, porque no hay trabajo también ahorita con la enfermedad esa del Covid-19. Y es mucho el cobro de luz que está llegando”, expresó.

Lo cierto es que las largas filas en este centro de atención a clientes de la CFE se ha convertido en un espectáculo que usted puede ver a diario en la ciudad, sin que el superintendente tenga hasta hoy la delicadeza de buscar una solución que permita, la menos, un digno trato a los usuarios.

Enrique Rodríguez