¡Vivan las plumíferas! Destacado

Escrito por  Rodrigo Mendoza Feb 19, 2020

 

¿Quién dijo eso de que los Lunes ni las gallinas ponen?  Seguramente algún renegado del trabajo.  Los refranes en su mayoría tienen mucho de verdad.  Pongamos por ejemplo éstos “Dime con quien andas y te diré quien eres, Dios los hace y ellos se juntan, Hijo de tigre pintito, Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces, De tal palo tal astilla, Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, No por mucho madrugar amanece más temprano, Al que madruga Dios lo ayuda”.  En fin, el refranero mexicano es muy rico en decires y los refranes tienen mucho de verdad.  No es el caso de las gallinas que no ponen los Lunes.  Esta es una gigantesca mentira porque las ponedoras, no descansan.  Día y noche están haciendo su trabajo, todos los días de la semana le tupen duro a eso de la ponedera.  Cuando el sol se mete y llega la noche, se encienden los focos para que las plumíferas no duerman y se dediquen a lo suyo, poner huevos.

 

Dentro de la clase trabajadora animal, las gallinas son las más incomprendidas.  No tienen el beneficio de la jubilación.  Cuando la vida productiva de estos animales se termina, las mandan al matadero y al día siguiente usted las ve descuartizadas sobre la plancha de hielo en los mercados citadinos.  Triste final de quienes dedican la mayor parte de su vida al trabajo productivo.  Son trabajadoras incomprendidas explotadas, para ellas no hay misericordia de los avicultores y no existe el perdón.

 

Sirva esta columna para hacer un homenaje póstumo a las gallinas que dedicaron toda su existencia al trabajo productivo, a las que nunca protestaron por la esclavitud a la que fueron sometidas a las que jamás utilizaron el derecho de huelga para reclamar mejores condiciones de vida, de trabajo y el goce y disfrute vacacional.  A las que ayer fueron sacrificadas y murieron estoicamente para engordar las cuentas bancarias de sus explotadores.  Mi reconocimiento a esas abnegadas criaturas que fueron conducidas al matadero para vender cada parte de su cuerpo a quienes gustan alimentarse de su carne.

 

Hoy como un reconocimiento a su labor a su contribución para el alimento humano, propongo con humildad que éste día se declare “Día mundial de la gallina”.  Propongo se levante en su honor un gigantesco monumento en reconocimiento a su contribución alimentaria.

 

¡Vivan las gallinas! ¡Viva la especie animal más explotada! ¡Vivan  las plumíferas!