Manifestantes salen a las calles en Filadelfía tras la decisión del Senado de absolver a Trump Destacado

Escrito por  Redacción Feb 06, 2020

Los manifestantes expresan sus deseos de “cambio de régimen” y el “rechazo al fascismo”, “Fuera Trump/Pence" es la principal consigna de los inconformes

 

ESTADOS UNIDOS.

Las principales calles del centro de Filadelfía se llenaron de manifestantes que protestan por la exoneración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de los cargos de abuso de poder en el caso de Ucrania y obstrucción al Congreso en esa investigación.

Con sus abrigos puestos en esta época invernal y portando pancartas, los manifestantes expresan sus deseos de “cambio de régimen” y el “rechazo al fascismo”, entre otras demandas. “Fuera Trump/Pence" es la principal consigna de los inconformes.

En las calles de esta ciudad del estado de Pensilvania también hay manifestantes que apoyan la decisión del Senado de absolver al presidente estadounidense.

Filadelfia, la sexta ciudad más grande de Estados Unidos, reviste particular importancia por las implicaciones que ha tenido para el surgimiento y la estabilidad de la democracia en ese país.

En Filadelfia fue donde se firmó la Declaración de Independencia en 1776 y además aquí se encuentra la Campana de la Libertad, un símbolo de la democracia en Estados Unidos.

El Senado de Estados Unidos declaró no culpable a Donald Trump tras dos semanas de juicio político, una victoria histórica levemente eclipsada por la deserción de un prominente republicano.

Aunque la acusación de Trump por abuso de poder y obstrucción al Congreso quedará como una marca indeleble en su mandato -solo dos predecesores pasaron por esto: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, el proceso mostró que el partido republicano le es leal, un activo importante nueve meses antes de una elección en la que buscará un segundo mandato. 

Solo Mitt Romney, el republicano derrotado por Barack Obama de las presidenciales de 2012, anunció que votaría por la destitución del mandatario por considerarlo "culpable de un terrible abuso de la confianza pública".

Aún así el suspenso era casi cero: la Constitución de Estados Unidos requiere una mayoría de dos tercios (67 escaños de 100) para condenar a un presidente y Trump sabe que puede contar con el apoyo de al menos 52 de los 53 senadores republicanos.

La oposición demócrata acusaba al 45º presidente de Estados Unidos de haber utilizado recursos del Estado, en particular una ayuda militar validada por el Congreso, para tratar de obligar a Ucrania a "ensuciar" a un potencial rival político, el exvicepresidente demócrata Joe Biden. 

Desde que estalló el escándalo, el inquilino la Casa Blanca afirma ser víctima de una "caza de brujas" orquestada por sus oponentes que no habrían digerido su sorpresiva victoria de 2016.

 

49% de aprobación

La estrategia parece haber valido la pena, al menos en parte: según la última encuesta de Gallup, Trump registraba 49% de opiniones favorables, un récord desde su llegada al poder. 

El martes por la noche, ante el Congreso en pleno para el discurso anual sobre el Estado de la Nación, Trump ennumeró sus logros, tanto reales como imaginarios, que presentó como un reto para la docena de demócratas que quieren desalojarlo de la Casa Blanca el 3 de noviembre.

En la misma Cámara de Representantes que lo acusó, Trump barajó todos los temas de la campaña: su "poderoso muro" contra la inmigración desde México, su intención de prohibir el "aborto tardío", "el gran éxito económico" de Estados Unidos.

En ningún momento mencionó el "juicio político", que marcó una grieta profunda entre trumpistas y demócratas. Pero su sombra se cernía sobre el recinto.

El discurso, y el desaire de Trump hacia la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, justo antes de que comenzara la ceremonia, cuando rechazó el habitual apretón de manos, solo aumentó la ira demócrata. 

Segundos después de que Trump terminara, Pelosi, líder demócrata en el Congreso, rompió en pedazos su copia del discurso en un duro gesto político trasmitido en vivo por televisión.

 

"Conciencia" y su "fe mormona"

En este contexto de extrema polarización, lo único que está en juego en el veredicto es cuántos legisladores centristas se pasarán al banco contrario.

A Trump le hubiera gustado poder decir que ningún miembro de su mayoría votó en su contra, como durante la votación de acusación en la Cámara baja. 

Pero Romney anunció dos horas antes de la votación que se uniría a los demócratas.

"Soy consciente de que hay personas en mi partido (...) que desaprobarán enérgicamente mi decisión, y en algunos sectores se me denunciará con vehemencia", agregó el senador de Utah.

Pero dijo que su "conciencia" y su "fe mormona" lo obligaban a respetar su juramento de imparcialidad, que hizo hace casi tres semanas en la apertura de este juicio histórico.

Algunos demócratas, como Kyrsten Sinema o Joe Manchin, podrían darle un regalo al presidente al declararlo inocente. La primera se destacó el martes por la noche aplaudiendo vigorosamente al presidente republicano mientras sus correligionarios escuchaban con el ceño fruncido; el segundo admitió estar "indeciso". 

Más allá de Washington, el juicio también divide a los estadounidenses: 85% de los votantes demócratas apoyan la destitución del presidente, menos de 10% de los republicanos están a favor, y el promedio es ligeramente inferior al 50%. 

Por lo tanto, su impacto en las elecciones es difícil de predecir. Trump dice que está convencido de que los votantes penalizarán a los "demócratas que no hacen nada". Pero ellos estiman que durante el juicio demostraron que el presidente colocó "sus intereses por encima de los del país". 

Y no se detendrán allí: el congresista demócrata Jerry Nadler anunció el miércoles que la Cámara "probablemente" convocará al exasesor de la Casa Blanca, John Bolton, una vez que termine el juicio. 

Bolton parece tener información incriminatoria para Trump, pero los senadores republicanos se negaron a escuchar su testimonio durante el juicio.

 

Redacción