Los Tigres mostraron su peor y su mejor cara del torneo. 45 minutos fueron suficientes para que le dieran la vuelta al partido por 2-1 ante un América que alimentó a su rival por su falta de idea y tendrá que remar en aguas caudalosas en la vuelta de los cuartos de final.

El espectáculo en el Estadio Azteca fue interrumpido por el silbante Fernando Guerrero, quien constantemente paró el juego para apoyarse en el VAR. La más crítica fue cuando detuvo un claro avance de los Tigres sin razón.

Giovani dos Santos jugó 72 minutos, pero no pesó, mientras el resto de atacantes no encontraban la llave para abrir los espacios. Dos jugadas puntuales le dieron la confianza al equipo de Miguel Herrera: un disparo de Sebastián Córdova y un cabezazo de Henry Martín que estuvieron a punto de abrir el marcador.

A partir de ahí comenzaron a bombardear la portería regia hasta que cayó el gol de Richard Sánchez al 40’, quien aprovechó un error del arquero Miguel Ortega, titular ante la ausencia de Nahuel Guzmán.

Los pupilos de Ricardo Ferretti mostraron que cuando se disponen a atacar pueden ser muy peligrosos, y lo fueron en el segundo tiempo. Bastaron 16 minutos para que la pizarra estuviera a favor de los visitantes.

Al 51’, con un certero cabezazo de Guido Pizarro, y al 67’, con un tanto de André-Pierre Gignac, por la vía penal. Los Tigres vuelven a casa con una ventaja que los pone a medio camino de las semifinales.

Excélsior