Ciudad de México, a sábado 10 de mayo de 2025.- Trabajar con la incertidumbre de un pago que no es fijo puede derivar en problemas de salud física y mental entre los colaboradores, ya que ante un panorama laboral y económico complicado se pueden amplificar trastornos como el estrés o la ansiedad, y aumentar las preocupaciones para cubrir las necesidades diarias.
En diversas ocupaciones como meseros o despachadores de estaciones de servicio de combustible, muchas veces no se cuenta con un sueldo seguro y dependen de las propinas que los consumidores otorgan, aunque esta gratificación no es obligatoria.
La Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) busca garantizar salario mínimo en establecimientos de servicio como restaurantes y hoteles, así como una mayor protección a las propinas.
La modificación realizada prohíbe a los patrones cambiar la remuneración, que no puede ser menor al salario mínimo o salario profesional establecido, por propinas o cualquier tipo de gratificación a los colaboradores.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) muestran que al cierre del primer trimestre del 2025 hay 1.8 millones de personas con un trabajo subordinado, pero sin un salario; es decir, su ingresos dependen propinas o comisiones.
Si bien la reforma no está motivada por el riesgo psicosocial que implica trabajar sin un sueldo, sí abre un debate en ese sentido.
Marisol Vásquez, coordinadora del Hub psicología en Afforhealth México, relaciona la parte emocional que impacta las condiciones a las que se enfrentan las personas que trabajan en estos giros, con el impacto negativo a nivel orgánico.
“Las afectaciones pueden devenir principalmente por la falta de una percepción de un sueldo que ni siquiera es el mínimo, y se complementa con las propinas que pueden llegar a percibir de forma voluntaria. En la mayoría de estos lugares, lamentablemente los empleadores intervienen en el manejo de estas propinas para poder equiparar y repartirlas sin medir el desempeño de cada uno de ellos, y equiparar o completar un sueldo que ni siquiera es el mínimo”, asegura.
Añade que el promedio de los hogares en México es de 3 personas, por lo que contar con un sueldo que no es fijo complica muchas veces el tema de sostener una familia o comprar alimentos.
“Tener un sueldo que ni siquiera es el mínimo para sostener hogares con 3.3 personas o más, nos habla de que hay una deficiencia que puede impactar a nivel emocional. Podemos llegar a percibir una afectación psicológica y física en la preocupación, tensión emocional, psicológica, y esto nos lleva a pensar en una inestabilidad financiera de la mano con una inestabilidad emocional”, resalta.
En tanto, Roxana Linazasoro, psicóloga clínica y psicoterapeuta, señala que personas que se encuentran bajo esquemas de pago no fijo, tiene repercusiones que generan inestabilidad en diversos ámbitos.
“Lo que puede llegar a suceder es que se establece un estado de inseguridad crónico, que se vuelve la manera de vivir, donde todo el tiempo las necesidades básicas no se sabe cuándo sí las vamos a poder cubrir o cuándo no, y esta inseguridad va generando una inestabilidad importante”, indica.
Agrega que se puede tener un impacto negativo en tres dimensiones: la fisiológica, la psicológica y la dimensión social.
“Estas tres dimensiones son inseparables, siempre están alternándose y retroalimentándose de manera simultánea, eso es muy importante. Entonces si se afecta la parte de la dimensión física va a afectar de inmediato en la psicológica y en la social. Si se afecta en la social repercute en las otras dos. Si se afecta la psicológica, sí o sí va a tener una repercusión en las otras dos al mismo tiempo”, indica.
En el país se encuentra establecida la NOM-035, misma que tiene el objetivo de prevenir factores de riesgos psicosociales en el trabajo, así como elementos del entorno organizacional que pueden afectar la salud mental de los trabajadores. (El Economista).