El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abrió un nuevo frente de batalla contra México, esta vez por el adeudo que se tiene y el incumplimiento del tratado de aguas que, acusó, perjudica principalmente a los granjeros texanos. Por ello, advirtió que se vería obligado a imponer sanciones y aranceles. Esto, a pesar de que horas antes había asegurado que no quería perjudicar a México y calificó a la presidenta Sheinbaum como una mujer “fantástica”.
Aunque mantiene aranceles de 25% al acero, aluminio y autos exportados por México a Estados Unidos que no cumplan con el T-MEC, Trump aseguró ayer por la mañana, durante una reunión con su gabinete, que no busca perjudicar a México. Justificó su postura en parte por la buena relación con la presidenta Claudia Sheinbaum, aunque acotó que las plantas manufactureras, incluidas las automotrices, deben regresar a territorio estadounidense.