La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dio a conocer este jueves que la población huye de los bombardeos israelíes contra supuestos objetivos de Hezbolá. Las recientes hostilidades han dejado más de 600 muertos y 1835 heridos.
ACNUR estimó en más de 90,000 el número de personas desplazadas desde el 23 de septiembre y “cada minuto hay más gente abandonando su hogares”, apuntó.
La frontera de Líbano con Siria se ha convertido en escenario de una nueva crisis humanitaria con decenas de miles de personas que buscan escapar de la embestida israelí al territorio libanés, alertó ACNUR al igual que otros organismos de socorro de la ONU que operan en la zona.
Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llegó a Nueva York para participar en el debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, foro en el que el presidente estadounidense, Joe Biden.
Por su parte, el Secretario General de las Naciones Unidas advirtió en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad que el infierno se está desatando en Líbano.
António Guterres aludió al intercambio de fuego de cada vez mayor alcance e intensidad a lo largo de la Línea Azul, que separa a Líbano de Israel y que patrulla la ONU.
Otra voz de alarma la dio el jefe de las Operaciones de Paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, quien expresó gran preocupación por la fuerte escalada en la Línea Azul. “Todos deberíamos estar alarmados”, apuntó.
Lacroix subrayó que tanto la población libanesa como la israelí “están en peligro extremo, con cientos de muertos y miles de heridos sólo en los últimos días. La seguridad y la estabilidad regionales están en riesgo”.
El representante de ACNUR en Siria señaló que miles de familias de sirios y libaneses están cruzando hacia Siria en vista de que el ejército israelí anunció ataques a más de 70 objetivos durante la noche en el valle de Bekaa, en el este y sur del Líbano, áreas consideradas presuntos bastiones de Hezboláh.