A cinco días de la muerte del pequeño Adriel, de 11 años, tras recibir una golpiza de dos compañeros, ahora a trascendido que la Secretaría de Educación Pública del Estado de Hidalgo (SEPH) ya habría separado del cargo al director y a la maestra responsable del grupo, quienes son señalados de no haber actuado ante este lamentable caso de bullying que le costó la vida al niño.
En el caso de la profesora Isela P.M., ésta no se encontraba en el salón de clases cuando dos alumnos empujaron a Adriel y luego lo golpearon cuando ya estaba en el suelo, mientras que el director, Rufino J.R, fue quien tomó al niño malherido y lo llevó a su casa sin dar mayor información, salvo que se había caído, de acuerdo Obed, el papá del menor fallecido.
El padre de Adriel dijo al medio local Grito Informativo que una vez que les entregó al niño el pasado 7 de marzo y les recomendó llevarlo al médico, el director regresó a la escuela, tomó sus cosas y se fue, sin que desde ese momento se sepa algo sobre él o la maestra, pese a que la dependencia estatal aseguró en un comunicado que ambos docentes habían estado en comunicación con los padres del alumno para saber cómo evoluciona su salud, cosa que los señores niegan.
Nancy Adriana León Vite, directora general de Educación Básica de la SEPH, dijo a Milenio que ambos maestros fueron separados del cargo mientras se investiga este asunto; es importante mencionar que el gobernador Julio Menchaca Salazar, informó este fin de semana que el caso ya fue atraído por la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH), por lo que pidió a los padres del alumno confiar en las instituciones.
“Es lamentable y estamos solidarios, tengan la seguridad de que no se trata de cambiar historias sino saber exactamente qué fue lo que pasó”, dijo a los medios locales el mandatario morenista.
No obstante, los propios pobladores han comenzado una campaña en redes sociales para dar con el paradero del director y la maestra. “Rufino encubrió a los asesinos, porque eso son, aunque sean menores de edad. Flor sabía de la situación del bullying que le hacían a Adriel y no hizo nada. Se perdió la vida de un inocente por negligencia de estos señores y merecen un castigo”, se lee en una publicación en Facebook.
Un recuento de la muerte de Adriel
El pasado 7 de marzo, el niño de apenas 11 años fue empujado por dos compañeros de la Escuela Primaria Benito Juárez, ubicada en la comunidad de El Xitzo, perteneciente al municipio de Santiago de Anaya, al caer, Adriel se fracturó el hombro izquierdo, pero no conformes con eso, los presuntos agresores comenzaron a patearlo brutalmente. El saldo de la agresión fue una fractura de clavícula, un traumatismo craneoencefálico y un coágulo en el estómago. Sin embargo, una vez que le habían colocado un inmovilizador en el hombro, Adriel comenzó a sentirse peor y se desvaneció, por lo que lo trasladaron de emergencia al Hospital General de Actopan, a una media hora de ahí.
Adriel estuvo internado cinco días, pero desafortunadamente fue declarado con muerte cerebral el 12 de marzo. La SEPH reiteró su acompañamiento y lamentó el “trágico incidente” en la escuela, aunque los papás de Adriel condenaron el comunicado de la dependencia, “fue un asesinato lo que le hicieron a mi hijo, no un accidente”, señaló el señor Obed. A su vez, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) abrió una queja de oficio ante posibles violaciones a los derechos humanos.
El pequeño fue sepultado el jueves 14 de marzo en el Panteón Municipal de Santiago de Anaya, luego de una emotiva misa a la que asistieron los habitantes de su comunidad. Entre el repicar las campanas de la iglesia local y acompañado por una nutrida caravana, el cuerpo del pequeño llegó a donde será su última morada. Frente a la tumba del niño, el señor Obed exigió castigo a los responsables: “Sólo quiero que se haga justicia, quiero refundir en la cárcel a esos malditos por lo que le hicieron a mi hijo, mi hijo estaba bien”, dijo rompiendo en llanto.