En 2003 la industria del cine llegó a un rincón antes no explorado, los museos, gracias a la exposición Hitchcock in Hoxton, en la galería Hackney de Londres, sobre el trabajo del director Alfred Hitchcock. Por primera vez un medio considerado mediático y masivo era bien recibido en un ambiente con paladar exigente. Tiempo después sale la exposición del realizador Stanley Kubrick y fue hasta 2010 con Michel Gondry que una figura cinematográfica aún viva tiene una colección en el museo Pompidou. Ahora es el turno de uno de los cineastas mexicanos más reconocidos y aplaudidos a nivel mundial, el tapatío Guillermo del Toro.

En casa con mis monstruos es el nombre de la exposición que llega a la tierra, Guadalajara, que vio nacer al ganador del Oscar como Mejor Director por La forma del agua, después de haber estado en el museo del condado de Los Ángeles, en el Instituto de Arte de Minneapolis y en el museo de Toronto.

"El cuidado y atención que se le puso a esta curaduría, sin duda, para mí es el que más me pone orgulloso de todas las demás por todo el significado y el detalle personal que tiene. El MUSA (Museo de la Artes de la Universidad de Guadalajara) es un lugar que desde niño me llamaba la atención por estar rodeado de un aspecto gótico, tenebroso, pero lleno de luz. Ésta no es una exposición que se realizó en torno a las películas, es sobre mi identidad y la identidad de la ciudad”, compartió el director durante la inauguración de la exposición.

Nueve salas componen la muestra, que van desde el nacimiento de la vida para pasar por la pérdida de la inocencia con obras de Arthur Rackham, Keith Thompson y Forrest Ackerman, un autor de ciencia ficción al que Guillermo del Toro admiraba en su pubertad y en una carta le escribió para pedirle que si lo adoptaba porque en su casa no lo entendían. Todo para llegar a la muerte con todas sus variantes; esta última etapa es representada por la figura del hombre pálido de El laberinto del fauno.

Son 951 piezas las que forman el recorrido que van desde ilustraciones y piezas de arte, hasta figuras de tamaño real. Cada una distinta entre sí, pero por su narrativa y estética se logran forjar y conectar entre sí. Desde las historietas de El Santo a las de Fantomas, que vibran al parejo con las obras de Gabriel Flores y los libros de Juan Rulfo, mientras que los grabados de Giovanni Battista Piranesi se mimetizan con los monstruos de Pacific Rim para formar una unión completa.

"Para mí, parte de las cosas que están colgadas al principio no tenían una conexión inmediata, pero después te vas dando cuenta cómo se van formando diálogos entre ellas. Y todo esto sólo se logra gracias a la visión de un creador como Guillermo, que con su visión tan peculiar y el entendimiento de temas que pueden ser incómodos aglutina todas estas piezas”, explicó el director de arte, Eugenio Caballero, quien fue el curador de la exposición.

La experiencia es multisensorial, cada sala tiene un sonido distinto y característico, el ambiente climático es distinto, la iluminación va de negros y rojos a colores luminosos. Cada rincón cuenta con historia, puedes encontrar el libro original de Giovanni Battista de’ Cavalieri, Monstruos de todas partes del mundo, de 1598.

IRÁ CON DICAPRIO

Como lo adelantó la revista Variety hace un mes, ayer se confirmó que Leonardo DiCaprio será el protagonista de Nightmare Alley, la nueva película de Guillermo del Toro tras ganar el Oscar con La forma del agua.

DiCaprio protagonizará el thriller que, dirigido por Del Toro, se rodará en Toronto y Ontario, Canadá, desde el 30 de septiembre hasta finales de enero del próximo año.

Nightmare Alley es un remake de El callejón de las almas perdidas, un filme de 1947 de Edmund Goulding y basado en la novela de William Lindsay Gresham.

La historia relata la historia de un joven y ambicioso estafador que forma equipo con una siquiatra aún más corrupta que él. Al principio, ambos disfrutan del éxito haciendo creer a la gente que son capaces de hablar con las almas de los muertos, pero luego ella invierte la situación, manipulando al protagonista.

El equipo de producción incluye al director de fotografía Dan Laustsen (John Wick 3, La forma del Agua) y la diseñadora de producción Tamara Deverell (The Strain, Star Trek: Discovery).

MONSTRUO DE BARRIO

En el Barrio Tolsá paseaba de la mano de su abuelita un niño “raro”, que tenía fascinación por muñecas y alebrijes, se divertía con terroríficos cómics y contaba apasionado historias de miedo, dibujaba monstruos fantásticos y casas con pasadizos secretos, puertas falsas y repisas deslizables. Miraba anonadado y aterrado la arquitectura gótica del templo del Santísimo Sacramento, mejor conocido como El Expiatorio, ubicado en la calle Manuel López Cotilla. Observaba su diseño italiano en la fachada y francés en su interior. Imaginaba historias que transcurrían en la catedral de Nuestra Señora de París y a mujeres con sus vestidos victorianos pasear por la plaza en busca de romanticismo. Esos pensamientos se rompían al medio día con el repicar de campanas y la oportunidad de ver a 12 muñecos desfilando sobre la cornisa, bajo el reloj.

De regreso a casa, la abuela y el niño se detenían en un puesto de revistas ubicado en la calle Pedro Moreno para comprar cómics. “Compra cosas bonitas”, le decía la mujer mientras él asentía con la cabeza, pero al final terminaba comprando cuentos de Fantomas, de lucha libre con su ídolo El Santo y otros de dibujos de terror, mismos que ocultaba con un par de cómics con aventuras de adolescentes (Archie).

Guillermo creció amando los monstruos, envuelto en un mundo fantástico. Cuenta que una vez se hizo pipí en los pantalones del miedo con películas de terror.

Desde que era joven, sus dibujos dejaron evidencia de su capacidad para tener completo control de la iluminación para darle personalidad y fuerza a los personajes y la historia a transmitir.

Al paso de los años, se convirtió en un alquimista hechicero que aprovecha la tecnología del séptimo arte para hacer magia, creando personajes míticos, fantásticos y misteriosos. Dice que no les habla, pero que sí cobran vida. En la premier de Cronos una espectadora sufrió un ataque cardiaco en plena proyección.

Guillermo quedó envuelto en un mundo fantástico. Su casa es refugio de monstruos. Convive con Frankenstein y su amada, con Hellboy, con seres anfibios y hasta con un escarabajo dorado que rejuvenece a sus víctimas.

Del Toro se pregunta, ¿quiénes son realmente los monstruos, ellos o nosotros? ¿La monstruosidad física o la monstruosidad del alma?

Excélsior