En el primer tiempo, la Selección Mexicana fue mejor que la Albiceleste, pero nunca pudo llegar con peligro al arco del Dibu Martínez. Lo poquito que hubo fue un tiro libre de Alexis Vega que el guardameta atajó de manera espectacular sin dar rebote.
En el segundo tiempo, el Tricolor se entregó por completo y Argentina hizo lo que quiso con una Selección sin idea, sin técnico y sin personalidad. Primero Messi abrió el camino y luego de eso llegaron las locuras de Gerardo Martino tratando de tener soluciones y cuando tu solución se llama Roberto Alvarado sacando a Irving Lozano, la situación pinta para no cambiar.