El fracaso hasta hoy del regreso a las clases presenciales orilló al gobierno federal a optar por iniciar la vacunación contra el Covid-19 en los menores de 12 a 17 años de edad, con lo cual espera que la población escolar, alumnos, maestros y personal de apoyo, puedan por fin volver a ocupar las aulas de los planteles escolares y propiciar la movilidad de los giros comerciales que viven de ello.

Fernando Reimers, director del Programa de Política Educativa Internacional de la Universidad de Harvard, ha dicho que la pandemia es la oportunidad para resetear la educación, refiriéndose al aprovechamiento de los avances tecnológicos y de toda la experiencia obtenida en este año y medio de crisis sanitaria.

Lo cierto es que a nivel país son millones de trabajadores del sector educativo que están sin laborar o trabajando a medias, convirtiéndose en una gran carga económica que no desquita el pago al no tener la obligación de acudir a sus centros de trabajo.

De darse entonces esta reseteada a la educación, implicaría redireccionar toda esta fuerza laboral a nuevas actividades, porque de lo que se trata es de hacer las cosas de manera diferente en aras de tener mejores maestros, estudiantes y profesionistas que permitan acelerar el progreso de nuestro país.

En realidad, esta reseteada tendrá que llevarse al sector económico e institucional también, lo que implica una sacudida fuerte a la forma de hacer las cosas, en donde la clave del equilibrio social es dar una ocupación productiva a todos, cada quien en su ámbito de competencia.