Culiacán, Sinaloa. Junto al féretro de su hijo a punto de darle sepultura en el panteón, doña Martha lanza un llamado a todas las personas a denunciar las irregularidades con que operan las clínicas y hospitales particulares que dejan en evidencia su voracidad por el dinero sin importarles el dolor ajeno de los familiares que ven morir a los pacientes por las fallas en el servicio de hospitalización.

Doña Marha Ávila perdió a su hijo Ramón Astolfo, de 47 años de edad y dueño de unas máquinas retroexcavadoras, la noche del pasado viernes, durante una falla en el suministro del oxígeno al área Covid de terapia intensiva de la clínica Médica de la Ciudad, una situación que generó el caos, la desesperación y la impotencia de pacientes y familiares que por sus propios medios se abocaron a conseguir tanques de oxígeno para evitar el fallecimiento de sus enfermos.

“Y tenemos que cerrar estas clínicas de rastro que le quitan la vida a la gente. No es posible que se acabe el oxígeno y tenemos que andar corriendo, con cilindros y más cilindros, y hasta anoche ya pusieron válvulas nuevas, ya pusieron varias cosas en ese rastro de hospital. No es justo que les esté quitando la vida a los jóvenes, por estar sacando tanto dinero. Alcemos la voz cuando nos pase algo a nosotros, porque si ustedes ven a un vecino que le pasó, no lo permitan, el que calla otorga. En este caso a mí me tocó, a mí me partieron la madre porque me quitaron algo de mi vida”, denunció.

Decenas de familiares y amigos de la industria de la construcción acompañaron a bordo de máquinas retroexcavadoras y camiones de volteo a Ramón Astolfo hasta su última morada y doña Martha, su madre, advierte que continuará en la lucha para evitar que la negligencia e indolencia en las clínicas privadas continúen cobrando vidas.

Eva Guerrero