Con pandemia y todo, nuestros adolescentes llegan por segundo año consecutivo a “festejar” el Día del Estudiante en un contexto diferente al habitual hasta antes de iniciada la pandemia en el mundo.

Si bien no podemos hablar de confinamiento, sí de la necesidad que tienen ya los millones de alumnos de secundaria, prepa y profesional, de interactuar presencialmente con sus compañeros y maestros.

La verdad es que ante la inactividad en los planteles escolares, la gran mayoría de los jóvenes se ven obligados a estar en casa, aprender en casa, y muchos tienen que soportar horas de ocio viendo televisión, chateando o navegando en internet incursionando en un mundo monótono y peligroso.

Por eso, este 23 de Mayo Día del Estudiante, el mejor regalo que pueden tener es el anuncio del regreso a las clases presenciales, esa ida diaria a la escuela donde ellos pueden corretear y platicar con sus amigos. Es decir, cubrir esa necesidad de convivencia que tienen con los demás, más allá del seno del hogar.

Ya se dijo que quizás la segunda semana de junio se empiece con el regreso a las aulas, sólo falta que las autoridades de educación confirmen la fecha exacta y bajo qué condiciones, una decisión que también es meditada con padres de familia y maestros.

Sólo una pregunta asalta en la mente de muchos jóvenes, ¿por qué regresar a las aulas sin estar ellos vacunados contra el Covid?, que aún espera una respuesta sensata.