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Alzan la voz por falta de pagos; testimonios Destacado

Escrito por  Excélsior Abr 12, 2021

Maestros e ilustradores demandan la compensación a la Secretaría de Educación Pública por la elaboración de los Libros de Texto Gratuitos.

POSICIÓN. Los ilustradores dijeron que alzaron la voz porque son un gremio golpeado y precarizado que depende del mercado editorial, el cual por la pandemia está deprimido.

Maestros que renunciaron a crear los contenidos de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) debido a la falta de pago y a quienes les dieron ocho días para elaborarlos, comparten su experiencia después haber sido seleccionados por la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la Dirección General de Materiales Educativos (DGME), para lograr la dura encomienda.

De acuerdo con testimonios dados a conocer al periódico Excélsior por maestros, grafistas e ilustradores, quienes cuestionan y critican la convocatoria de Marx Arriaga —exdirector de bibliotecas en la Secretaría de Cultura a nivel federal—, quien respondió desde su púlpito que no se pagaría para evitar “malas interpretaciones” ante el vigente periodo electoral, o que “no se está precarizando algo que prácticamente no existía” y quienes colaboren sin un pago “deben sentirse emocionados”.

VOCES DE LOS MAESTROS

Luis Reza, profesor del Colegio de Bachilleres con maestría en geografía por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue uno de 2 mil 650 participantes en la convocatoria para el rediseño de los primeros 16 LTG, de los cuales 250 son pasantes, mil 32 cuenta con una licenciatura, mil 82 complementaron su formación con alguna maestría, 283 culminaron un doctorado y tres poseen estudios postdoctorales.

Reza estuvo entre mil 882 que cumplieron con el perfil para continuar con el proceso de capacitación y fueron seleccionados mediante un examen de diagnóstico y final.

“Mira, en un principio me ganó la emoción y no entendía bien qué pasaba, pensé que la falta de remuneración había sido un error en la convocatoria, porque mi mente no concibe que no te paguen por un trabajo”, confesó.

Estaba incrédulo porque, desde hace poco más de una década, cuando comenzó a desarrollar contenidos de los libros de Geografía para la SEP, siempre había recibido una remuneración.

“A lo mejor, en esa época por desarrollar los contenidos, a los autores nos pagaban unos 120 mil pesos en una sola exhibición al final en un proyecto que requiere trabajar sin descanso, en ocasiones los fines de semanas y días festivos”.

DEMAGOGIA

Para el geógrafo, el argumento de no recibir paga es simplemente demagogia.

“Nosotros no escribimos nada más por amor, también escribimos porque estamos acostumbrados a comer tres veces al día, tienes que pagar la renta, tienes que pagar los servicios. Es nuestra profesión… De eso vivimos”.

Entre sus cuestionamientos destacó si los funcionarios estarían dispuestos a trabajar sin cobrar, como en el caso de Arriaga, quien lanzó la convocatoria para rediseñar los LTG sin pagar a los maestros, grafistas e ilustradores.

“Le preguntaría a las autoridades si van a renunciar a sus sueldos de alrededor de 100 mil pesos mensuales por México, o a donarlos a las escuelas, que ahora con la pandemia se han venido abajo”.

Arriaga recibe un sueldo bruto mensual de 126 mil 617 pesos, de acuerdo con la actualización más reciente de remuneraciones que informa de la Secretaría de la Función Pública del 15 de marzo.

“Hemos visto que el romanticismo hace mucho daño”, concluyó Reza.

Dora María Esquivel es otra de las docentes que renunció por el mismo motivo de falta de un pago a través de una carta.

“Aprendí a escribir libros en 1990 y me gustó, sé lo que implica, es como dar clase a través de esos maravillosos instrumentos que son los libros, está frente a miles de niños.

“Reconozco que al leer la convocatoria y no encontrar algún apartado que hablara de la manera en que se valoraría el trabajo, es responsabilidad mía el interpretar, que sería al final un pago, porque eso es lo justo.

“Quiero a mis niños mexicanos, amo a mi país, pero también me quiero y me reconozco como una maestra, que sabe lo que hace y me parece injusto el procedimiento que están empleando para tener el trabajo”.

 

LTG EN OCHO DÍAS

Otro motivo que provocó la renuncia de los docentes fue contar solamente con un curso de ocho horas de capacitación para convertirse en autores, vía YouTube (dividido en cuatro módulos de 2 horas cada uno), y con apenas ochos días para entregar el trabajo (del 29 de marzo al 5 de abril).

A diferencia de otros procesos para elaborar LTG que duraban hasta nueve meses y tenía la participación de autores especialistas en cada materia, pedagogía y diseño editorial, la SEP por primera vez llamó a maestros de grupo, jubilados y becarios, con o sin experiencia editorial, para rediseñar los 16 nuevos libros de Español, Ciencias Naturales, Historia y Geografía, de tercero a sexto grado de primaria, con el objetivo de entregarlos en agosto, para el próximo ciclo escolar.

De acuerdo con el boletín 66 de la SEP, publicado el pasado miércoles, de los mil 882 participantes seleccionados, se entregaron mil 92 materiales didácticos, que incluyen secuencias didácticas, proyectos u otras modalidades de trabajo, elaborados en ocho días (en lugar del mes que podría tomar a cada autor elaborar una secuencia didáctica) y por maestros sin experiencia editorial.

“Como autor o revisor de libros de texto, te vas formando y eso no se puede de la noche a la mañana. Sólo con un curso de ocho horas es imposible. A mí me ha llevado 20 años formarme como autor de libros de texto; son muchas discusiones de por medio con otros autores y editores, que te van forjando.  No basta con ser profesor de aula, pueden ser muy buenos frente a grupo, pero al sentarse a escribir tres cuartillas no lo hacen bien, así tengan 30 años dando clases, es una habilidad que se va desarrollando”, explicó Reza.

A través de un mensaje de WhatsApp, un maestro al renunciar, hizo énfasis ante la premura de la elaboración de los textos. “Siento mucho no poder seguir participando en este proyecto tan importante para el país. Para un asunto tan delicado como es la educación de la niñez, no me siento capacitado para hacer las cosas tan rápido y con la calidad requerida para los usuarios de los libros. No estoy de acuerdo con todo lo que se está diciendo sobre la colaboración sin paga”.

Lo mismo escribió en una carta de renuncia, el maestro Luis Manuel González, originario de Xalapa, Veracruz, dirigida a Marx Arriaga, director general de Materiales Educativos: “Sin mediar consulta nos indicaron que en un plazo de cinco días debemos presentar un producto acabado susceptible de incorporarse a los libros de texto renovados, sin probar previamente las actividades con los alumnos, trabajando en la soledad absoluta, porque no dispusieron un mecanismo de trabajo colaborativo, sin el apoyo de especialistas, sino un grupo o mesa de apoyo técnico al que recurrir. Parece inexplicable la razón de tanta premura”.

LAS ÉLITES

Pero parte del discurso de Arriaga que también molestó mucho a los maestros fue cuando aseguró que los libros de texto en el pasado se habían elaborado por las élites, lo cual con esta convocatoria sin paga, pretendía modificar e incluir al pueblo.

“Mis compañeros y yo, quienes hicimos los libros para la SEP en el pasado, venimos de las bases. No somos ninguna élite, como se nos ha dicho ahora, no sé de dónde salió esa mentira. Éramos personas, la mayoría egresados de la UNAM, de la UAM (Universidad Autónoma Metropolitana), del Politécnico Nacional y de la Normal Superior, entonces, dime tú, ¿cuál élite? Ninguna élite, siempre hemos sido el pueblo quienes hemos elaborados estos libros”, dijo Reza.

Expresan molestia grafistas e ilustradores

Grafistas e ilustradores, quienes han manifestado su inconformidad ante la posibilidad de entregar materiales inéditos sin devengar una remuneración, también expresan su sentir, y aún esperan un diálogo abierto con la SEP para alcanzar un acuerdo.

En entrevista con Excélsior, Bernardo Fernández Bef, uno de los primeros en señalar las deficiencias de la convocatoria, dibuja el panorama en torno al tema.

“Debemos aceptar que el gremio de ilustradores es amplio, diverso y que no está organizado. Por ejemplo, la Asociación Mexicana de Ilustradores (AMDI), que es de las más visibles y ha estado en el debate, no agrupa a todos y eso provoca que las condiciones de nuestra chamba sean complicadas y que se negocie individualmente”, reconoce el creador gráfico con una trayectoria literaria y artística de 25 años.

Advierte que la crítica no contiene un carácter político. “No quisiera que se percibiera o se señalara como un movimiento de golpeteo de la 4T. Somos un gremio golpeado y precarizado que depende del mercado editorial, aunque (por la pandemia) está deprimidísimo”.

Pero que el gobierno federal lance una convocatoria así, “en la cual se anula la validez del trabajo del ilustrador, es un golpe más a un gremio que no se destaca por su prosperidad económica”, afirmó.

     Abraham Balcázar, integrante de la AMDI y profesional de la ilustración desde hace dos décadas, que ha participado en dos ocasiones para elaborar LTG, también aporta una reflexión sobre lo que considera una arbitrariedad.

“No sólo están haciendo algo que viola los derechos de los trabajadores creativos, sino que empezaron a hacer comentarios más agresivos. Son desafortunadas las declaraciones (de Marx Arriaga) de quien habla de que existen élites de creativos detrás de los libros o que están enojados esos grupos privilegiados, pero eso no tiene nada que ver con la realidad”.

—¿Han observado convocatorias similares en el pasado?

—No, no que sepamos. Es una convocatoria abusiva en todos los sentidos. Además, es abusivo poner un valor moral para apoyar a la nación. Claro que es lindo trabajar en un libro de texto, pero esperamos que el gobierno sea el primero en poner la bandera de la dignidad en los derechos humanos y en la cultura del trabajo digno”.

Enrique Torralba, quien tiene 30 años de experiencia en el ramo, coincide en que se debe invitar a las autoridades de la SEP a dialogar y acordar lineamientos para futuras convocatorias.

“Los ilustradores tenemos varios puntos a señalar, pues se tienen que revisar los tabuladores, los contratos elaborados y la forma como deberán ser a partir de esta discusión abierta”.

Por desgracia, acepta, que en la propia Ley Federal del Derecho del Autor no existe la figura del ilustrador. “Pienso que son muchas cosas las que se tienen que hacer para dejar de invisibilizar una actividad profesional tan relevante para la cultura de nuestro país”.
     Octavio Jiménez –integrante del gremio de Creadores Gráficos, que agrupa a 113 profesionales– confía en que se realice la reunión con la SEP para construir un tabulador de pago a ilustradores.