La misoginia es un fenómeno psicológico en los hombres que sin ser homosexuales agreden a las mujeres.

Y en el Día Internacional de la Mujer paradójicamente se tendría que presentar un segundo caso en el que el alcalde de Ahome, Guillermo Chapman, agrediera a una mujer.

El caso de la mujer policía, Rosario Dignora Valdez López, el pasado viernes 8 de Marzo fue calificado como un caso de agresión contra las féminas, cuya sanción no debe quedar sólo en el escarnio público contra quienes ordenaran el arresto contra la agente preventiva de Ahome.

Y decíamos que no es el primer caso en que el alcalde Chapman arremete contra las mujeres y así lo recordó la diputada Gloria Imelda Félix durante la sesión legislativa de hoy en el Congreso del Estado.

El primer caso fue contra la Síndico Procuradora de Ahome y ahora lo hace con una subordinada de la Policía Municipal que en el Día Internacional de la Mujer se atrevió a pedir equidad en sus derechos.

Ahora bien, llama la atención que la propia agredida, esté ahora señalando que el arresto de 36 horas que le propinaron sus superiores fue legal.

Llama poderosamente la atención, porque la policía puede haber sido ya advertida en el sentido de que si el escándalo continúa la puedan correr de su trabajo.

¿Y si tiene hijos? ¿Y si es madre soltera? ¿Y si se queda sin trabajo?

Son preguntas cuya respuesta no las tenemos a la mano, pero de lo que sí estamos seguros es que cualquiera de las tres situaciones convierten a Dignora en una mujer altamente vulnerable y por eso, quizás, ve preferible dejar las cosas como están y no arriesgar su trabajo.

En ese entendido, creemos que ha actuado bien. Pero nosotros como sociedad tendremos que hacer nuestra parte: investigar a fondo las circunstancias en que se desarrolló todo y llegar a una conclusión que nos deje en claro qué fue lo que pasó.

El sentido común nos dice que la agente preventiva fue castigada por atreverse a manifestarse en público. Y si bien, aún y cuando haya abandonado su trabajo para ir a manifestarse, ¿Qué acaso no es este día el más propicio para que las mujeres expresen su sentir y sus reclamos? ¿O acaso no habría sido más justo que ese día se les hubiera otorgado como descanso, o al menos unas horas para la celebración, a las mujeres policías?

¿Por qué aplicar un reglamento por sobre el mandato constitucional que garantiza la libertad de expresión y el respeto a los derechos fundamentales?

Se equivocó Chapman, sí se equivocó y es la segunda vez. La tercera es la vencida.