El ingreso laboral real, de acuerdo a CONEVAL, mostró una disminución de 6.7% entre el tercer trimestre de 2019 (38.5%) y el tercer trimestre de 2020 (44.5%), al pasar de $1,794.87 a $ 1,675.21, lo que aumentó la pobreza laboral, es decir, la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria en este periodo, lo cual se vio reflejado en un incremento de la pobreza laboral en 7.5 millones de personas, en 28 de los 32 Estados de la República Mexicana.
Los indicadores macroeconómicos que salen a la luz periódicamente dan cuenta de que regresar a niveles que se tenían al inicio de este sexenio, es prácticamente imposible por diversos factores entre los que destacan, la impericia del gobierno de la 4T para manejar la economía y por supuesto la pandemia.
Los cuentos chinos que se repiten en las mañaneras para describir un país que solo existe en la cabeza del presidente, contrastan con los datos duros que apuntan en dirección contraria
De igual forma, el organismo refirió que, durante el tercer trimestre de 2020, también se observó un aumento en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) respecto al registrado en el mismo periodo del año anterior, la inflación promedio anual se ubicó en 3.9%, mayor a lo reportado en el tercer trimestre de 2019 que fue de 3.3%; lo que se ha visto reflejado en el aumento en los precios de mercancías, frutas y verduras, así como de los energéticos.
Ante este escenario qué hace el gobierno para paliar la crisis y ayudar a los sectores más desprotegidos de la sociedad, la respuesta es aumentar los padrones de beneficiarios de los programas asistenciales que solo sangran al presupuesto, pero no atenúan la pobreza, de hecho, la aumentan ya que a finales de este año habrá 12 millones de pobres más, de acuerdo a los pronósticos que realiza BBVA.
Cuáles podrían ser las alternativas para atenuar la pobreza y revertir las tendencias, pues con las actuales acciones de política social que emprende el gobierno, no hay posibilidad alguna, en cambio, si retomamos la premisa fundamental de que en lugar de fomentar los programas asistenciales que tienen tintes proselitistas y electorales, se crean programas que inserten a la población a actividades productivas y con ello empezar a generar un círculo virtuoso.
Desde San Lázaro, proponen de forma paralela, establecer un ingreso mínimo vital para todos los mexicanos que lo requieran, en este contexto, la diputada Mónica Almeida, conminó al gobierno federal a rectificar y crear un Ingreso Mínimo Vital, para dar respuesta a la ciudadanía qué por los efectos de la pandemia, la recesión y el desempleo, les resulta imposible poder adquirir los productos de la canasta básica.
“Los efectos de la crisis económica son visibles y confirmados por los datos revelados por CONEVAL, ante esto es necesario un giro en la política social manejada por el gobierno federal, se debe implementar el ingreso mínimo vital, como una medida temporal que pueda auxiliar a los miles de mexicanos para obtener los insumos mínimos y vitales para sus vidas”, comentó.
Los programas sociales no dan respuesta suficiente para cubrir las necesidades de quienes hoy se encuentran en situaciones vulnerables por no tener un ingreso económico, o si lo tienen, es tan bajo, que no les permite adquirir alimentos con los nutrientes necesarios para tener una vida sana. Y de no atenderse esta situación puede empeorar, lo que sin duda traería a la par diversos problemas sociales.
Bajo este panorama el gobierno federal tiene una obligación constitucional de garantizar el derecho al mínimo vital a una ciudadanía que requiere resultados inmediatos, mismo que se puede lograr con la implementación del Ingreso Mínimo Vital.