Por Humberto Ramírez

Culiacán. Hace 13 años, Emy Benítez, recibió la peor noticia que pudo escuchar sobre su salud. Después de unos estudios de laboratorio, el médico le confirmó que la biopsia realizada en uno de sus senos era maligno.

Tras escuchar esas palabras, su mente de inmediato la transporto a la palabra muerte.
Llorar, fue su refugio unas horas, en su casa durante dos días.

Esta es su historia…

“Pasé rato amargo cuando te dan la noticia, siempre que te dicen cáncer lo relacionas con muerte. Por fe estoy aquí en la Tierra. He aprendido a valorar la vida, a conocer mi cuerpo, a trabajar con mis emociones, con mi alimentación. Tenía días con temperaturas muy fuertes, y de repente se me quitaban. Un día noté un bulto en mi mama izquierda, decidí ir al oncólogo, me mandan a hacer una biopsia, y de ahí, salió positivo. Es un shock emocional, físico en todos los sentidos, rompí en llanto, lloré toda la noche y al día siguiente”, narró con los ojos enrojecidos y las lágrimas se asomaban en su cara.

Ayuda espiritual

“Dios puso los medios, me puso a las personas adecuadas, en ese momento se movió mucha gente. Quiero hacerlo público, no me voy a cansar de agradecerle a Dios, se unieron iglesias por esa familia espiritual, unos me pagaron la renta, una me sirvió de enfermera, unos me compraban alimentos, otros los medicamentos, otros llevaron a mis hijos a la escuela, una cosa impresionante de la manifestación de amor; el amor cura”, afirmó con lágrimas en los ojos por la emoción de poder contarlo.

Después de ocho años de salir de esa enfermedad, Emy vive y disfruta la vida, cada día, cada momento con la presencia de Dios, caminando junto a ella, narró emocionada.

Los cuidados de su cuerpo y la revisión constante, se volvió permanente.