Armando Villarreal, Ernesto Echeverría, Rafael Lizárraga Favela, como ex secretarios de Finanzas, Salud y Turismo en el sexenio de Mario López Valdez, si bien no han pisado la cárcel, sí los juzgados, a excepción del primero de ellos, acusados de un desfalco millonario a las arcas estatales.
Qué mal que los pocos millones que les están pidiendo para supuestamente resarcir el daño sean suficientes para la autoridad que los está dejando en total libertad.
Sin embargo, el escarnio social ya nadie se los va a quitar y quizás no queden inhabilitados para volver a ocupar un cargo público, pero sí difícilmente algún nuevo gobierno los contratará ya con esa etiqueta de mano largas.
Y como dice el dicho: si ves las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar.
Definitivamente que el área más sensible al desvío del presupuesto es la tesorería y por eso quien se debe andar con mucho cuidadito es el actual secretario de Administración y Finanzas, Carlos Ortega Carricarte y compañía, pues hoy en día cada peso del erario es bien vigilado y la riqueza que están amasando las autoridades rápidamente se hace visible.
Por lo pronto, ya lo dejó en claro hoy el Fiscal General del Estado, Juan José Ríos Estavillo, en el sentido de que Villarreal Ibarra ha estado huyendo de la acción de la justicia, pues grupos de ministeriales trataron de capturarlo en su domicilio y nada más no estaba.
Y aunque quizás es parte del decoro con que son tratados los ex funcionarios para evitar la humillación de pisar la cárcel, lo cierto es que el caso de Villarreal se torna más difícil, no sólo por el síntoma de andar huyendo de la justicia, sino porque además el quebranto al erario de que se acusa es mucho mayor que el enfrentó Echeverría por 14.5 millones de pesos.
Hablar de 293.5 millones de pesos que se tendrán que reponer no es cualquier cantidad, por lo que para cubrirla seguramente el ex funcionario se tendrá que despojar de algunos bienes muebles e inmuebles.
Pero para que eso suceda, el juez que lleva el proceso judicial tendrá que citarlo a audiencia inicial, lo cual se espera ocurra los próximos días, los cuales serán seguramente un infierno para el ex secretario de Finanzas.
Insistimos, más allá del proceso y si pisan o no la cárcel, el señalamiento público es quizás la lápida más pesada que cae sobre sus personas. Pero ese es el precio de la ambición, un sentimiento inherente a los seres humanos, por eso cayeron en la tentación… y no es justificación.
Para reflexionar. El nieto al abuelo:
-- Oye, abuelo, en tu tiempo no había celulares, ni internet, ni google, ni calculadoras. ¿Qué usaban en la escuela?
-- Usábamos la cabeza.