El virus Covid-19 es de una alta propagación y agresividad, no tiene palabra de honor y no respeta categorías, géneros, ni edades dejó en claro el secretario de Salud al reportar otras 13 muertes por coronavirus este martes 19 de mayo, con lo cual suman 50 defunciones en tan sólo los últimos cuatro días para un total de 310 muertes en el estado.

¡50 muertes en un estado en tan sólo cuatro días, la verdad es muchísimo!

Esto llama poderosamente la atención porque empezamos a ver sentidos opuestos entre la trayectoria ascendente de los casos de coronavirus que día con día se suman a la estadística y las medidas que poco a poco van tomando las autoridades para despresurizar el confinamiento de los hogares.

El anuncio del regreso de las actividades, como la construcción y el sector automotriz, y más recientemente el levantamiento de la Ley Seca, no abona en nada a contener la embestida del coronavirus en esta fase 3 de la pandemia que a estas alturas ha cobrado en Sinaloa la vida de más de 300 personas, muchas para un tema de salud y enfermedades.

Es decir, de seguir con esta tendencia, llegará el momento en donde la población tendrá más miedo de morir por coronavirus que por la violencia.

En torno a los 13 nuevos decesos registrados ayer, éstos ocurrieron en Culiacán 5, Mazatlán 4, Ahome 2 y Navolato 2. Vale la pena destacar que cuatro de estas defunciones corresponden a pacientes de 33, 35, 42 y 45 años de edad, es decir, el coronavirus ha empezado también a cobrar más vidas en personas adultas-jóvenes.

Muy en su tono afable, el secretario de Salud aprovechó de nueva cuenta su transmisión de video diario sobre los nuevos casos de Covid-19 en nuestro estado para hacer ver que aún son muy necesarias las medidas sanitarias para frenar la alta propagación del virus.

Se refirió entonces a la apertura de expendios de cerveza autorizada a partir de este martes, lo cual ayer mismo registró el cierre de 3 establecimientos por incumplir con la sana distancia.

¿Hacia dónde vamos?

Claro está que no podemos quedarnos sentados cruzados de brazos toda la vida confinados en nuestras casas, en espera de que el virus desaparezca, o bien, a que alguno de los países más desarrollados descubra la vacuna contra el Covid-19 y liberar al mundo de este problema.

Por eso, lo que salta a la vista es que a partir del 1 de junio, habremos de retomar, con alta o baja incidencia del virus, la nueva normalidad de nuestro quehacer diario, entendida esta nueva normalidad como el salir a trabajar, a estudiar o a divertirnos extremando las medidas sanitarias.

Habremos entonces que aprender a vivir con el virus entre nosotros, a sabiendas de que si somos hipertensos, diabéticos, asmáticos, o tenemos alguna otra enfermedad crónica, allí estará el Covid-19 para darnos el empujón a la tumba.

Suena cruel, pero todo parece indicar que así será.

Será entonces el uso de cubre bocas, máscaras, googles y gel antibacterial a diario una práctica normal en adelante, digo, si queremos evitar el contagio.