Drama y alarido. Trae Young se robó la noche en la Arena Ciudad de México. Nada extraño para una de las superestrellas de la NBA, pero jugar en duela neutral matizó su uniforme de héroe sin capa. Entusiasmado por presentarse en México, el guardia de los Halcones hizo válida su condición de favorito de la gente con 41 puntos y ocho asistencias, y la quinteta de Atlanta venció a la de Orlando 120-119. Jalen Johnson colaboró con 19 puntos y Dejounte Murray puso 16.

Young está destinado a romper todos los récords de su franquicia y probablemente se embolse algunos de la NBA. Anoche igualó la marca de puntos para un partido en México que había establecido Luka Doncic con los Mavericks en 2019. Consciente de la gran figura que es Young, está Dominique Wilkins, leyenda definitiva de los Halcones, quien recibió una fuertísima ovación anoche, cuando fue anunciada su presencia. Lo sabe Scottie Pippen, el gran cómplice de Michael Jordan en los Toros de Chicago, y por el que casi se cae la arena cuando el público advirtió que estaba en casa.

Quizás la clave de Trae Young consista en que juega con la alegría de un niño. Tiene un sólido gen competitivo, pero en cada partido enaltece al chiquito que empezó a lanzar sus primeros tiros a la canasta a los cinco años. Se lo dijo a Hank Aaron, pelotero de época de los Bravos de Atlanta cuando, ya octogenario y en silla de ruedas, éste le comentó: “Alguna vez yo tuve 20 años”.

La chispa de Young se notó desde los primeros minutos. Antes del medio tiempo llevaba 20 puntos cuando le marcaron una falta técnica. En la siguiente jugada respondió con un triple y en la posterior con una colada que fue buena para dos unidades más en su cuenta. Se fue al descanso con 33 puntos.

El Magic apretó en la defensa en el tercer cuarto. Para el parcial final, Orlando se fue con ventaja de cinco puntos. Inició una auténtica pelea. Murray fungió de motor de los Halcones, pero Paulo Banchero intentó arruinar esa fiesta. Terminó con 17 puntos y ocho rebotes y lo acompañaron cinco de sus compañeros, con al menos 12 unidades para Orlando. Como sea, el mejor hombre del equipo de Florida fue Jalen Suggs, con 21 puntos.

A un punto y con 1:03 minutos por delante, Young empató a 117. Wagner con un bello gancho puso orden, pero Murray embocó y Banchero falló, dramáticamente, su turno. Así, Young se hizo del control de la pelota para consumir el último suspiro de un gran partido.

La afición disfrutó de un partido de alarido, mientras el comisionado David Stern aseguró al final de que la NBA está muy complacida con sus viajes a México y que es seguro que vuelvan para el próximo año.

GRANDES RECUERDOS

Eduardo Nájera, Horacio Llamas y Gustavo Ayón, tres de los cuatro mexicanos que han jugado en la NBA, estuvieron anoche presentes en el duelo de la liga en la capital del país.

LOS AFICIONADOS DIERON CALOR AL JUEGO DE LA NBA

Por sus lazos de sangre, Paolo Banchero estuvo en pláticas con la Federación Italiana de basquetbol. No habla italiano. Se inclinó por representar a Estados Unidos en el pasado Mundial. Tampoco habla español. Apenas soltó un “hola” a la afición de la Arena CDMX a través del sonido local y agradeció, en inglés, la presencia y el apoyo.

El angoleño Bruno Fernando se explayó mucho más en el idioma de Cervantes, cercano a su lengua portuguesa, pero el barullo de los miles de asistentes hizo imposible escuchar su mensaje. La euforia se desbordó mucho antes de que comenzara el partido 32 de la NBA en México. En los preparativos, se guardó simbólicamente un minuto de silencio por el estado de Guerrero.

Estuvo fuerte el calor en los pasillos de la Arena CDMX. Un Magic de Orlando-Halcones de Atlanta bien merece una temperatura alta. Diecinueve grados centígrados, pero el entusiasmo de la gente marcó la diferencia.

Hombro a hombro, no había espacio libre. Niñas y niños, chicos y grandes por igual probaron suerte desde los lanzamientos de tiros de castigo en pequeñas duelas. Un poco más allá, alguna señorita con tacones encestó por pura suerte y para el gran alboroto que armaron sus acompañantes. El juego es el juego.

El personal de las tiendas de souvenirs no se dio abasto. La mayoría procuraba el jersey de Trae Young, la gran estrella de los Halcones.

Los aficionados chilangos, y los que vinieron del interior de la República, hicieron su peculiar calentamiento al tiempo que ambos equipos cumplían con lo propio. Entregados en cuerpo y alma, Magic y Halcones dejarían un partido memorable.