Culiacán, Sinaloa. Ante el cinismo con que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, le juega el dedo en la boca a la población en el tema de la inseguridad que se ha desbordado al límite de que civiles armados montaron un retén en el mismo camino utilizado en su gira por Badiraguato, es necesaria la intervención de los organismos internacionales para que le pongan un alto al jefe de la nación que ha vendido su alma al diablo al entregar el poder a los grupos del crimen organizado que se han empoderado de todo el país.

El presidente de la Alianza Mexicana de Abogados, Ricardo Beltrán Verduzco, estableció lo anterior, refiriéndose en cómo López Obrador primero quiso eludir el tema, pero luego tuvo que aceptar hablar del mismo cuando se publicaron pruebas de la presencia del retén de civiles por el que tuvieron que atravesar un grupo de periodistas que se dirigían de Badiraguato a Guadalupe y Calvo, donde se desarrolló un evento como parte de la gira presidencial por Sinaloa el pasado viernes.

El litigante dijo que las consecuencias de la entrega del poder a los poderes de facto están resultando fatales y lo que ocurrió en Sinaloa con el asunto del retén se replica en todos los estados, con una violencia desbordada que ha cobrado ya la vida de casi 140 mil personas y un aumento en el número de desapariciones que es espantoso de 70 mil personas en lo que va del sexenio catalogado el más sangriento de toda la historia.

Beltrán Verduzco criticó que López Obrador quiera responsabilizar del clima de inseguridad al expresidente Felipe Calderón cuándo ha sido él el que ha entregado el poder a la delincuencia organizada que controla hasta las elecciones constitucionales, como quedó probado el año pasado cuando los grupos criminales fueron los que impusieron alcaldes y gobernadores en el país.

Enrique Rodríguez